viernes, junio 22, 2007


Arcano XVII
Lejana


Y van las caravanas fúnebres,
viajando pesadas contra el viento.
Destellantes cuerpos carcomidos
de tristeza y sueño.

El edén de los sueños se deshace
en humo de colores frente a mis ojos.
Mi cuerpo de madera cruje y se resquebraja
como quejándose de besos lejanos.

Mis pies han echado raíces en esta tierra,
negra y húmeda, desolada y agonizante.
Mientras de tu pecho cuelgan rosas,
y jazmines rozan tu piel transparente.

Tan ausente como siempre amada,
distante como te ama mi alma.
Crecen crepúsculos en tus manos,
aguas cristalinas reflejan tu letargo.

De mis ojos escapa la voz de la ciénaga,
el lamento inaudible, el grito inconsolable.
Y tú, tan silenciosa, ajena, lejana…
oh, mi intocable amada…

Las estrellas se cuelgan y juegan en tu cabello,
el mar embiste y baila en tus ojos.
Tú, furia carmesí, hada inmaculada
néctar y miel de mi áspera alma.

Se desangran las flores,
graniza el cielo,
y tú, tan silenciosa, ida, lejana…
oh, mi frágil amada…

Mi alma se oxida de recuerdos,
ecos que descansan entre lirios.
Si tan solo dejaras de ser poesía
si sólo, oh amor, fueras real…

Se desgarra mi alma,
espina de mi corazón
aire de mi voz,
que partes mi garganta en dos

Y cae el sol sobre nosotros,
se incendian mis venas,
mi alma estalla en un silencio mortuorio.
Y tú, oh amada, siempre tan ajena…

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